Terapia con perros

Terapia con perros

Definición de

 

Consiste en compensar el déficit de una persona mediante el uso de un animal. El perro guía para ciegos es posiblemente el ejemplo más popular. Pero se han desarrollado muchas otras iniciativas que involucran animales, en el trabajo que se realiza con ancianos, discapacitados y enfermos.

Esta disciplina interesa tanto a los profesionales sanitarios (pediatras o geriatras, psicólogos, veterinarios, etc.) como a los sociólogos y educadores.

Entre el impacto en la salud física y mental, la terapia asistida por animales identifica todos los siguientes beneficios:

Beneficios preventivos

Beneficios preventivos, ya no curativos, con una caída de alrededor del 50% en la incidencia de problemas menores de salud.

Beneficios fisiológicos

Beneficios fisiológicos con una caída significativa de la presión arterial, la temperatura de la piel y la frecuencia cardíaca (indicadores de un estado de estrés) cuando acaricias a un animal y especialmente al tuyo.

Beneficios psicologicos

Beneficios psicológicos con reducción del estrés de la vida cotidiana (relaciones de vecindad, relaciones profesionales, conflictos familiares …) y contribución a la calidad de vida (mejora de la autoestima, autoconfianza y contactos con los demás).

Áreas de aplicación de la

El “uso” de un animal no sustituye a otras terapias, a las que se pretende que sea complementario.

Cuando el paciente tiene una relación positiva con un perro, se puede «utilizar» en:

• Enfermedades o discapacidades crónicas.

• La depresión.

• La dependencia.

• Soledad o aislamiento.

• Estados de debilidad o desesperanza.

• Disminución de la autoestima.

• Falta de humor.

• Fisioterapia y rehabilitación psicomotora.

• Tratamiento de trastornos del comportamiento.

• Trastornos de la memoria y la comunicación en la enfermedad de Alzheimer o enfermedades relacionadas.

• Trastornos autistas …

La disminución de la ansiedad así como el estado de relajación que genera la presencia de una mascota también pueden justificar el “uso” de esta última durante la hospitalización o convalecencia de los pacientes.

Los experimentos europeos también han introducido al perro en hogares de ancianos con resultados positivos.

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